Taiwán acelera plan de drones defensivos inspirado en la experiencia ucraniana

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Taipéi, 3 de julio. – La conformación de una extensa flota de drones se ha convertido en una prioridad estratégica para Taiwán, que observa en la guerra de Ucrania un modelo de cómo emplear esta tecnología para enfrentar una posible invasión de China.

El Gobierno isleño ha clasificado los vehículos aéreos no tripulados (UAV) como una “industria estratégica” y se ha propuesto dos objetivos concretos: elevar el valor de este sector a más de 1,380 millones de dólares para 2030, desde los actuales 172 millones, y alcanzar una producción anual de 180,000 unidades civiles para 2028.

En caso de ataque, las autoridades confían en que las fábricas locales puedan reconvertir rápidamente su producción civil en militar, incluso bajo un eventual bloqueo marítimo y aéreo.

Lecciones desde Ucrania

Desde el inicio de la invasión rusa, Ucrania ha demostrado cómo los drones permiten compensar la inferioridad militar, resultando efectivos en reconocimiento, ataques de precisión y saturación de defensas. Taiwán planea adaptar esas tácticas a su contexto, combinando drones de gran envergadura, como los MQ-9B Sky Guardian, con pequeños dispositivos aptos para entornos urbanos.

“Esto no se trata solo de drones, sino de cómo se utilizan”, afirmó Cathy Fang, analista del Instituto DSET, recordando que la isla avanza en aparatos equipados con chips de inteligencia artificial, lo que eleva su eficacia.

Producción y desafíos

Aunque Taiwán es líder mundial en semiconductores, su capacidad actual de fabricación de drones es limitada, con apenas 8,000 a 10,000 unidades anuales, frente a los 4 millones producidos por Ucrania en 2023. No obstante, el aumento de la demanda y las exportaciones en alza —3,426 unidades en el primer trimestre de 2025, casi igualando todo 2024— reflejan una tendencia ascendente.

Un “infierno” de drones para contener una invasión

De concretarse una ofensiva china, el Ejército de Taiwán planea desplegar miles de drones para frenar el avance de tropas, en lo que se ha denominado una “estrategia del infierno” por parte del comandante estadounidense Samuel Paparo. La compleja geografía isleña dificultaría cualquier asalto anfibio bajo una densa cobertura de drones y misiles.

“Sería una operación mucho más difícil que el Día D, pero en la era de drones y misiles”, advirtió Kelly Grieco, especialista en seguridad del Stimson Center.

Taiwán apuesta así por modernizar su defensa con un enfoque asimétrico y tecnológico, como parte de su preparación ante una potencial agresión de Pekín.