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Hama (Siria). – El río Orontes (Al Así, en árabe, “el desobediente”), una de las arterias históricas de Siria que nace en Líbano y atraviesa territorio sirio hasta Turquía, se ha quedado seco este año por primera vez en la memoria de sus habitantes , provocando graves daños medioambientales, económicos y sociales.
En la ciudad de Hama, donde el caudal del Orontes daba vida al paisaje urbano y al turismo local, la sequía se siente con crudeza. «Es la primera vez en mi vida que lo veo así. El río se ha secado y con él se fueron los clientes», lamenta Feras Masri , dueño de un restaurante en la ribera.
Agricultores en la ruina
El impacto más devastador lo sufren los campesinos. Ali Hasan Jatab , desplazado por la guerra y dedicado al cultivo de maíz, asegura que perdió toda su cosecha en 12.000 metros cuadrados de tierras dependientes del riego del Orontes.
«Hoy el maíz se secó, así como todos los otros cultivos. Esto no me pasó solo a mí, sino a todos los agricultores a lo largo de la orilla del río», dijo a EFE.
Con deudas acumuladas por semillas y fertilizantes, pide ayuda urgente: «Tengo 53 años y nunca había visto el río tan seco. Pedimos agua y compensación por lo perdido».
Sequía y cambio climático
Según la Autoridad General de Recursos Hídricos de Siria , la sequía se debe a la reducción de lluvias en un 30% respecto al promedio anual, el cambio climático global y fenómenos meteorológicos extremos. Esto provocó una caída drástica en los embalses de Qatina, Al Rastan y Mahrada, además del retroceso de las aguas subterráneas.
“El impacto es directo sobre las cosechas, la ganadería y la estabilidad social, con disputas crecientes por las fuentes de agua”, explicó el responsable del organismo, Ahmed Kuan , quien adelantó un plan de emergencia que incluye modernizar técnicas de riego, rehabilitar presas inactivas y promover cultivos de bajo consumo hídrico.
150.000 agricultores afectados
Las cifras oficiales señalan que unos 150.000 agricultores en Homs, Hama e Idlib resultaron afectados. Unas 120.000 hectáreas de tierra fértil dependientes del caudal del Orontes, hoy convertidas en un cauce árido.
La previsión, advierte la Autoridad de Recursos Hídricos, es que la sequía continuará el próximo año, amenazando con agravar la crisis alimentaria y económica de un país ya golpeado por más de una década de guerra.