Papa Francisco continúa estable en el hospital Gemelli tras 29 días de internamiento

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Roma. – El papa Francisco pasó una noche tranquila y se espera que este viernes se emita un nuevo parte médico, al cumplirse 29 días de su hospitalización en el Policlínico Gemelli de Roma por problemas respiratorios.

Según fuentes vaticanas, la salud del pontífice se mantiene estable «dentro de un cuadro complejo». Durante el día, Francisco continúa recibiendo oxígeno mediante cánulas nasales de alto flujo, mientras que por la noche utiliza ventilación mecánica no invasiva a través de una máscara.

Dado que su estado es estable, los médicos han decidido emitir actualizaciones sobre su salud en días alternos.

Este viernes, el secretario de Estado, Pietro Parolin, oficiará una misa en la capilla Clementina del palacio pontificio para pedir por la recuperación del papa, con la asistencia de embajadores acreditados ante la Santa Sede.

El jueves, Francisco celebró el duodécimo aniversario de su pontificado junto a los sanitarios del hospital, quienes le sorprendieron con una tarta con velas en conmemoración de la «fumata blanca» del 13 de marzo de 2013 que anunció su elección como el primer papa latinoamericano de la historia.

A sus 88 años, el pontífice permanece internado desde el 14 de febrero debido a una neumonía bilateral y otras complicaciones respiratorias. Aunque ha experimentado crisis durante su tratamiento, actualmente presenta una «mejoría» y responde bien a la terapia.

Durante su hospitalización, ha dedicado tiempo a sesiones de fisioterapia respiratoria y motora, y ha seguido por televisión los ejercicios espirituales de Cuaresma de la Curia Romana en el Aula Pablo VI del Vaticano.

Aún no se ha determinado una fecha de alta médica. «La situación es estable, pero se requiere tiempo para la recuperación de un cuerpo de 88 años», señalaron las fuentes vaticanas.

Con 29 días de internamiento, Francisco ya ha superado la estancia de 28 días que tuvo Juan Pablo II en 1994 tras una operación de cadera, aunque aún está lejos de los 55 días que el papa polaco pasó en 1981 debido a un citomegalovirus.

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