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El gobierno de Venezuela anunció el cobro de una deuda de 500 millones de dólares por el suministro de petróleo a Haití, a través del programa Petrocaribe, sin especificar cuándo se realizó este suministro ni cómo se efectuó el pago. Este acontecimiento sorprendió a muchos debido a la compleja situación económica y de impago que enfrenta Haití, así como a las solicitudes previas de condonación de la deuda por parte de agencias financieras internacionales. A pesar de ello, Caracas celebró la recuperación de estos recursos y anunció que serán destinados a financiar programas sociales para sectores vulnerables, como mujeres, jóvenes y desfavorecidos.
El comunicado emitido por el gobierno venezolano resalta la importancia de este cobro para continuar avanzando en la recuperación del estado de bienestar alcanzado antes del inicio de las sanciones internacionales. Se menciona la intención de reactivar el programa Petrocaribe, que ofrece precios flexibles y facilidades de pago en el suministro de petróleo, utilizando las considerables reservas probadas de Venezuela. La Comunidad del Caribe (Caricom) se suma al pedido para levantar las sanciones contra Venezuela, buscando beneficiarse nuevamente de este mecanismo de cooperación regional.
Este acontecimiento resalta la compleja dinámica económica y política en la región del Caribe, donde países como Venezuela y Haití enfrentan desafíos significativos. La recuperación de esta deuda por parte de Venezuela representa un paso importante para el gobierno de Nicolás Maduro, mientras busca mitigar el impacto de las sanciones internacionales y revitalizar la cooperación regional a través de programas como Petrocaribe. Sin embargo, la transparencia en los detalles del acuerdo y el destino final de los fondos recuperados permanecen en duda, generando interrogantes sobre la verdadera naturaleza y beneficios de esta transacción para ambas naciones y la región en su conjunto.
