OpenAI lanza ChatGPT para profesores: ¿cuánta educación estamos dispuestos a delegar en la IA?

OpenAI presenta una versión gratuita de ChatGPT para profesores, con herramientas adaptadas al aula y controles de privacidad. Pero surge la pregunta: ¿cuánta parte del proceso educativo queremos ceder a la inteligencia artificial?

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OpenAI presenta una versión gratuita de ChatGPT para profesores, con herramientas adaptadas al aula y controles de privacidad. Pero surge la pregunta: ¿cuánta parte del proceso educativo queremos ceder a la inteligencia artificial?
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OpenAI ha lanzado una versión especial de ChatGPT pensada para profesores , lo que ha reabierto un debate clave sobre el papel de la inteligencia artificial en la educación: ¿cuánta enseñanza y corrección podemos delegar en la IA sin comprometer el aprendizaje real?

Esta nueva versión gratuita está dirigida a educadores de primaria y secundaria verificados en Estados Unidos, y ofrece un entorno controlado con funciones diseñadas para el contexto escolar. Entre sus herramientas se encuentran la posibilidad de personalizar las respuestas según el currículo, el nivel educativo y el formato de clase, así como la integración con recursos habituales como documentos de Google Drive, Microsoft 365 y presentaciones en Canva.

El profesor tiene control total sobre cómo configurar la IA: puede definir parámetros de su aula, indicar el estándar curricular y decidir cómo debe responder ChatGPT. Además, cuenta con un panel administrativo que permite a centros educativos y distritos gestionar cuentas, roles y colaboraciones entre docentes. Esta estructura busca garantizar que el uso de la IA sea seguro y responsable, respetando la privacidad y las necesidades institucionales.

OpenAI también ha asegurado que los datos generados por los profesores en esta versión no se usarán automáticamente para entrenar sus modelos, lo cual representa una garantía importante para muchos educadores preocupados por la protección de la información sensible del aula.

Para muchos docentes, esta versión de ChatGPT representa una oportunidad para ahorrar tiempo en la planificación de clases, la generación de actividades o la elaboración de evaluaciones. Además, permite compartir plantillas y «GPT» personalizados entre colegas, fomentando la colaboración y la innovación pedagógica.

Sin embargo, no todo son beneficios. El gran interrogante es qué parte del proceso educativo deberíamos estar dispuestos a delegar a la IA. Si un profesor utiliza ChatGPT para preparar sus clases, un alumno lo usa para hacer sus tareas y, luego, ese mismo profesor recurre a la IA para corregirlas, ¿qué queda del proceso de aprendizaje humano?

Algunos expertos advierten que esta dependencia puede debilitar habilidades muy valiosas: el pensamiento crítico, la capacidad de razonar y argumentar, el error como parte del aprendizaje. Se dice que la educación no se reduce a generar tareas, sino a construir conocimiento, a equivocarse, a dialogar.

Además, estudios recientes indican que el uso intensivo de IA puede reducir el esfuerzo cognitivo real. Por ejemplo, los usuarios que escribían ensayos con ChatGPT completan más rápido, pero dedican menos reflexión profunda, lo que podría tener un impacto negativo a largo plazo en la autonomía intelectual de los estudiantes.

También existe la preocupación de que esta IA para profesores refuerce desigualdades: no todas las escuelas tienen los recursos tecnológicos o la formación necesaria para integrar estas herramientas de forma efectiva. Si bien algunos docentes podrán aprovechar ChatGPT para diseñar unidades didácticas más ricas y dinámicas, otros podrían limitarse a usarlos para lo mínimo necesario.

Desde la óptica institucional, la implicación es grande: ¿debería integrarse la IA en los currículos oficiales? ¿Cómo garantizar que su uso no erosionará la misión educativa de formar personas pensantes y no solo productores de tareas?

El dilema es tan profundo como claro: no se trata solo de si usamos la IA, sino de cuánto poder le damos dentro del aula. La pregunta que surge es si queremos que la IA sea un aliado que empodere al profesor, o si corremos el riesgo de que reemplace algunas partes esenciales de su rol.


Dato final

OpenAI ha anunciado que este ChatGPT para profesores será gratuito para educadores verificados hasta junio de 2027 , lo que refleja su apuesta por impulsar el uso de IA en las aulas de forma accesible y estructurada.